Esta obra inicia con temas que dicen relación con que una persona privada de libertad pueda acceder a ella, cumpliendo algunas condiciones.
Si consentimos que la libertad es un bien, un “bien jurídico protegido” diría un profesor de Derecho Penal, un derecho cuyo ejercicio es tan preciado, el más preciado de todos después del derecho a la vida, ¿Cómo es que la sociedad puede condicionar su ejercicio?
Lo que ocurre es que el que primero rompió las reglas del juego en este caso no fue la sociedad, sino que el delincuente. Aun así, esta última prefiere no tenerlo privado de libertad.
Es así como este estudio destaca el valor de la Libertad, que es restringida para el infractor de las normas, pero la sociedad prefiere no tenerlo privado de ella, justamente, por el valor de la Tolerancia, combinado con el Orden y, por cierto, con la Justicia.
La libertad debe protegerse, el orden es necesario, pero todos ellos requieren de la tolerancia para aceptar los errores en el ejercicio de la justicia, armonizándose así cada uno de los valores. La tolerancia es el sostén de la justicia, la libertad y el orden.
En otras cuestiones, se estudian instituciones tales como la Suspensión Condicional de la dictación de la sentencia en materias de violencia intrafamiliar y la Suspensión Condicional del Procedimiento regulada en el Código Procesal Penal, así como el régimen de Penas Sustitutivas.
